Definiciones de salud mental

Definición 1:

La salud mental es un aspecto de la salud integral e inseparable del resto. No es únicamente la ausencia de la enfermedad y trastornos, sino el desarrollo óptico de las potencialidades para la vida.

La causa de muchos problemas de salud no solo se encuentran en el conflicto entre nuestra biología y la naturaleza y también entre nuestra biología, nuestra psicología y la estructura y organización de nuestra sociedad.

Cuando hablamos de mala salud mental nos referimos no solo a entidades nosológicas definidas, sino también a diversas condiciones psicopatológicas que son más sutiles y más difíciles de definir que incluyen una variedad de trastornos emociones y psicológicos.


Definición 2:


Para la medicina, salud es un estado del organismo en el que todas sus funciones se realizan con normalidad. Por tanto desde este punto de partida sencillo, hay salud mental –en realidad un concepto moderno puesto que surge como tal con el reordenamiento político y social producido por el impacto de las dos Guerras Mundiales- cuando las funciones mentales funcionan con normalidad.

Ahora bien, nos podemos preguntar cuáles son las funciones normales de la mente. De una mente que permite afectos y pasiones tan dispares como el amor, el odio o la ignorancia, que es comandada por la repetición y la pulsión de muerte, pero también por solidaridad y la sublimación artística.

Entonces, quizás podemos decir que no hay exactamente una función normal de lo mental. Más bien, y de una manera muy simple, podemos decir que hay salud mental cuando dichas funciones sirven al sujeto para situarse en el mundo. Es decir para inscribirse y mantenerse en un vínculo social.

Definición 3:

Uno de los avances más significativos en décadas recientes ha sido el surgimiento de evaluaciones teóricas y de validación empírica en torno al funcionamiento sicológico positivo, entre las que se incluyen la sensación de bienestar y esperanza. Un precursor de este movimiento, iniciado en los años de 1950 y conocido como el "movimiento de indicadores sociales", se relacionaba con la calidad de vida. Varios estudios de gran importancia describieron la calidad de vida con un enfoque que buscaba determinar cómo variaba según las características demográficas y si cambiaba a través del tiempo.

A partir de esta perspectiva social, los sicólogos aumentaron su interés en el tema del bienestar subjetivo, delinearon sus componentes (por ejemplo, satisfacción de vida, niveles de felicidad) e investigaron las influencias de los procesos de motivación y crítica. Otros enfoques abordaron el funcionamiento sicológico desde perspectivas de desarrollo humanístico, existencial y de duración de vida que hacían énfasis en el crecimiento, el significado y la capacidad personal. Estas formulaciones evolucionaron en 2 orientaciones amplias para definir el bienestar sicológico: una enfocada en la felicidad y la otra en el potencial humano.

Un estímulo adicional provino del movimiento de sicología positiva y muchos conceptos derivados de este. Estos conceptos cubren una amplia gama de experiencias sicológicas: compasión, control, creatividad, amor, optimismo, capacidad de recuperación, espiritualidad. Algunas de estas fortalezas humanas representan áreas bien desarrolladas de investigación científica, y otras sugieren nuevas áreas para estudios futuros. Se necesitan dos tipos de investigación: 1) estudios a nivel de población sobre la distribución del bienestar en los estratos de la sociedad y 2) estudios que muestren que el bienestar afecta la morbilidad, la mortalidad y los procesos biológicos involucrados.

En la última década, el bienestar sicológico se ha investigado en estudios nacionales a través de indicadores empíricos como la satisfacción con la vida, las metas personales, el crecimiento personal, el control sobre el ambiente, la autoaceptación, la autonomía y las relaciones positivas. Según lo documentan estos estudios, la ausencia de angustia mental no garantiza el bienestar (es decir, la enfermedad mental y la salud mental son dimensiones independientes como se especificó anteriormente). Además, estos estudios han clarificado que el bienestar sicológico no está distribuido equitativamente en la sociedad estadounidense: los adultos de mayor edad y las personas con menores logros educativos reportaron niveles más bajos de metas personales, destrezas y crecimiento, aunque en algunas instancias el estatus étnico y minoritario confería factores de protección relativos a los determinantes sociales.

Nuevas investigaciones han establecido que la idea de salud mental positiva puede influenciar la salud física y el funcionamiento biológico. Una revisión reciente resume estos resultados mostrando que el afecto altamente positivo (medido en términos de felicidad, alegría, satisfacción y entusiasmo) está relacionado con menor morbilidad, mayor longevidad y menores efectos en la salud. Un estilo emocional positivo también estuvo asociado a una mejor función endocrina (menores niveles de cortisol, epinefrina, norepinefrina) y a una mejor respuesta inmunitaria (mayor producción de anticuerpos, mayor resistencia a las enfermedades). Se han reportado hallazgos similares que relacionan el afecto positivo a una disminución de la respuesta inflamatoria y a una menor presión arterial.

Si la salud mental positiva es asociada a una mejor regulación biológica y a una mejor respuesta neural a los estímulos negativos, ¿puede promoverse el bienestar entre aquellas personas que no poseen naturalmente esa visión de la vida o sufren de enfermedad mental? Fava evaluó la "terapia del bienestar", que consiste en mantener un enfoque en las experiencias positivas (llevando diarios personales) y aprender a generar y disfrutar esa experiencia. Este tratamiento ha sido asociado a un mejoramiento de los perfiles de remisión entre aquellos que sufren depresión recurrente. Fava también demostró que este tipo de mejoramiento persistía durante un período de seguimiento de 6 años.


Bibliografía
1: Ramón de la fuente; “Psicologia medica”;Ed. Fondo de cultura económica; 1996; pag 169.
2: E Díaz, E Calandria, A Freiría, A Parra, M Pérez - Educación Social, 2009 - cuinajusta.com

*J. Lacan, El Seminario. Libro 3: Las psicosis, (1955-56), Paidós, Bs. As, 1984.

3: Manderscheid RW, Ryff CD, Freeman EJ, McKnight-Eily LR, Dhingra S, Strine TW. “Evolución de las definiciones de enfermedad y salud mental”; Prev Chronic Dis 2010. http://www.cdc.gov/pcd/issues/2010/jan/09_0124_es.htm

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